La pandemia ha impactado especialmente en los hogares más vulnerables
La crisis sanitaria del Covid-19 ha sido un varapalo importante para un importante número de familias españolas. A muchas de ellas la pandemia les ha empujado al abismo del umbral de la pobreza porque, desafortunadamente, las diferencias sociales, culturales y económicas entre personas se han puesto mucho más de manifiesto que antes de la llegada del virus.
También el cierre de los colegios y el confinamiento han supuesto un frenazo importante al progreso educativo de millones de niños. No sólo porque estar en casa sin relacionarse con sus compañeros afecta a su bienestar mental y eleva el sedentarismo, sino porque, además, este parón escolar ha provocado que muchos de ellos no hayan tenido las herramientas tecnológicas a su disposición para seguir las clases, ni la capacidad de acceder a una alimentación adecuada al no acudir al comedor escolar o al tener sus padres limitaciones económicas para comprar alimentos, entre otros.
Muchas familias tuvieron que recurrir a bancos de alimentos
Más del 25% de las familias han tenido problemas para conseguir alimentos casi todos los días durante la crisis sanitaria, según el informe conjunto de la Universidad Ramon Llull y la Universidad de Deusto, liderados por Jordi Longás, Jordi Riera, Rosa Santibáñez y Josu Solabarrieta, ‘La infancia en situación de pobreza ante la pandemia Covid-19’. De hecho, más del 40% de los profesionales dedicados a la acción social señala que la mitad de las familias que con las que trabajan han acudido a bancos de alimentos, han reducido la cantidad de alimentos y han suprimido de la cesta los productos caros apostando por los básicos.
Llevamos dos años intentando volver a la normalidad y acelerar la recuperación del tiempo perdido en materia social y educativa; sin embargo, la muesca de la pandemia sigue latiendo con fuerza en el seno de algunos colectivos que están en riesgo de exclusión social o en el límite de lo que se considera vivir en el umbral de la pobreza. A todo ello, además de los problemas de alimentación y hábitos saludables, debemos sumar el impacto de la brecha digital.
Quiebra del proceso educativo al no tener ni ordenadores ni tablets
Según el citado análisis, una de cada cinco familias no contaba ni con ordenador ni con tablet con las que poder asistir a clases online y tienen un acceso limitado al WiFi; mientras que el 90% de los adultos no tiene habilidades tecnológicas y digitales para ayudar a sus hijos en el acceso a la educación online.
Ante ello, los profesores y los educadores han tenido un papel fundamental para los niños y adolescentes, ya que de ellos ha dependido el éxito educativo. Casi el 84% de las familias, así como el 87% de los alumnos dan una valoración “muy positiva” a los docentes y educadores, tal como refleja el informe.
Éste último dato, además, es muy positivo porque, en detalle, y según el mismo análisis, más del 97% de los niños y adolescentes valoran positivamente a sus profesores, y más del 50% son sus referentes preferidos para pedirles ayuda cuando tienen dificultades.
Ofrecer herramientas donde son necesarias
No se trata de un escenario baladí, sobre todo porque la pandemia ha supuesto un obstáculo para el reto de superar el llamado círculo de la pobreza –que pasa de padres a hijos–, una realidad muy complicada de romper en circunstancias normales, pero mucho más cuando nos hemos enfrentado como sociedad a una situación tan desconocida para todos que traído desestabilidad emocional y económica.
Trazar un camino justo e igualitario donde podamos pedir ayuda
Mayte Celeiro, educadora social y coordinadora territorial del programa CaixaProinfancia, cree que “es verdad que el compromiso de ayudar es importante, pero también debemos prestar atención a los agentes externos que rodean a las personas”. Por ello, explica, “todos tenemos una historia de vida y necesitamos referentes para construir un camino porque cada persona lleva una mochila”.
Sobre ello reflexiona también Ángel Quesada, estudiante universitario y participante del programa CaixaProinfancia: “Cuando hablamos de la suerte, muchas personas creen que se encuentra, pero también se tiene que buscar y trabajar. Hay niños que aún no tienen resiliencia, por ello los referentes que te dan herramientas son fundamentales”.
El reto: esquivar la pobreza sin importar donde hayas nacido
En España hay más de 2 millones de niños que por nacer en su familia ya tienen dificultades para tener igualdad de oportunidades, y todo ello está relacionado íntimamente con la educación. Según datos de Fundación ”la Caixa”, sólo el 20% de los niños cuyos padres no pasaron de la primaria llegan a la universidad.
Quesada cree, y así lo manifiesta, que “una de las principales barreras es el lugar donde has nacido. No es lo mismo nacer en un país rico que pobre o en un barrio rico que pobre porque en el segundo vas a tener menos oportunidades. Debemos sumar las barreras sociales y culturales, es que son demasiadas. Estamos ante un gran reto”.
Por tanto, la emergencia social debe ser atajada hoy y trabajar también por el medio y largo plazo para que la desigualdad no sea un problema estructural. Por ello, el Programa CaixaProinfancia de Fundación ”la Caixa” colabora con más 400 entidades sociales que trabajan en red para poder ayudar a las personas que lo necesitan, allanar el terreno para que las oportunidades de progreso no se desvanezcan.
CaixaProinfancia ha atendido a 64.244 menores durante 2021
Para romper el círculo de la pobreza, que se transmite de padres a hijos, CaixaProinfancia lleva a cabo diversas acciones para dar oportunidades de futuro a familias con menores de entre cero a 18 años en situación de exclusión y pobreza. Y trabajan desde 2007, año en el que se impulsó el programa, para:
1.- Favorecer el desarrollo de las competencias de los niños y adolescentes y sus familias que permitan mejorar sus procesos de integración social y autonomía.
2.- Promover el desarrollo social y educativo de la infancia y adolescencia en su contexto familiar, escolar y social.
3.- Desarrollar e implementar un modelo de acción social y educativa integral que contribuya a mejorar las oportunidades de desarrollo social y educativo de la infancia y sus familias.
4.- Contribuir a sensibilizar y movilizar a la sociedad en la erradicación de la pobreza infantil.
También desde CaixaProinfancia impulsan el desarrollo de los niños y adolescentes para garantizarles referentes sólidos para su futuro y un nivel de bienestar óptimo que favorezca su crecimiento y su formación, a través de servicios pro educación (refuerzo educativo y equipamiento escolar, centros abiertos, campamentos y actividades de verano y talleres educativos familiares) y servicios pro salud (alimentación e higiene infantil, gafas y audífonos y apoyo psicológico.
El Programa de CaixaProinfancia ha atendido a más de 64.000 menores durante 2021, el momento más duro de la pandemia, y más de 35.000 familias han sido ayudadas en el mismo periodo de tiempo porque las personas necesitamos de las personas.